• Tipo: Existen distintos tipos de bombillas según tecnología.
- Las bombillas fluorescentes, generalmente conocidas como "de bajo consumo", consiguen un gran ahorro pero les cuesta encenderse (tarda unos segundos en dar toda su luz), por lo que son adecuadas en lugares donde la luz está mucho tiempo encendida.
- Las bombillas halógenas de bajo consumo ahorran mucho menos pero arrancan de forma instantánea, por lo que son adecuadas para lugares en que la luz esté poco tiempo encendida, como el baño o un pasillo.
- Por último, las
bombillas LED ahorran mucho y el encendido es instantáneo, pero el precio es muy elevado, por lo que, de momento, son adecuadas para lugares donde la luz esté mucho tiempo encendida y sea muy difícil cambiarlas (por altura, acceso, etc.).
• Color: Elegir el color de la luz no es trivial ya que proporciona sensaciones totalmente distintas. Básicamente podemos distinguir entre:
- Luz cálida (más parecida a las bombillas convencionales, con un tono más rojizo), adecuada para relajarse, estar tranquilo, para el hogar.
- Luz fría (más parecida a los tubos fluorescentes industriales o a la luz del sol, un tono más azulado), más adecuada para ambientes dinámicos, como el trabajo.
• Potencia: Es importante observar la potencia, ya que podemos cambiar nuestra bombilla actual por otra de menor potencia equivalente y atribuir equivocadamente un menor rendimiento a la nueva bombilla. Para facilitar la tarea los fabricantes suelen poner la potencia equivalente (a una tradicional incandescente) en la caja, por lo que antes de ir a comprar debemos mirar la potencia de la que queremos sustituir. Si pensamos que actualmente tenemos poca luz debemos escoger un modelo que equivalga a una potencia superior. Para hacernos una idea, una tradicional de 100W puede ser sustituida por una fluorescente o LED de 20W o una halógena de bajo consumo de 50-70W.
• Forma: Actualmente existen modelos muy compactos o con distintas formas que permiten sustituir una tradicional en casi todos los casos. Cuando no dispongamos de mucho espacio sería bueno tomar medidas antes de ir a comprar.
• Duración: No todas las tecnologías, marcas y modelos duran lo mismo. Por lo que antes de comprar debemos mirar la duración, ya que cuantas menos veces las cambiemos menos residuos generaremos. Esta duración se mide generalmente en horas y, en ocasiones, en años. En este último caso hay que mirar la letra pequeña y ver que supuesto de uso han hecho, ya que normalmente es 1.000h al año (aprox. 3h al día), pero no siempre es así. Una bombilla tradicional suele durar 1.000h, una halógena de ahorro 3.000, una fluorescente 8.000h y una LED 45.000h.
• Regulación: Tenemos que tener especial cuidado cuando la bombilla vaya colocada en una lámpara regulable, en la que podemos subir y bajar la intensidad de la luz, ya que no todas las bombillas soportan esos sistemas (aunque existen bombillas regulables fluorescentes, halógenas de bajo consumo y LED).
• Recicla: No olvides tirar tu bombilla usada en un contenedor adecuado para su
correcto reciclaje.